Las mascotas pueden ocupar un sitio especial en el corazón, ser un compañero fiel y parte importante de nuestra vida, pero ¿qué pasa cuando ese ser se va?, ésta vez fue el turno de Silver, el guardián de Sanaire, un gran Danés de color gris, gris como el acero de nuestras campanas.
Hace más de un año, después de vagar por las calles encontró la oportunidad de meterse a la fábrica y se negó rotundamente a salir, decidimos bañarlo, vacunarlo, ponerle un collar, darle comida, casa y lo principal que todo amigo del hombre necesita: un nombre, es así como “Silver” fue adoptado y comenzó una nueva vida acompañándonos.
Cada mañana tocaba la puerta de la planta con su cola para dar un paseo por ella, pero su destino decidió que esta sería la última vez que cruzara esa puerta, pues la mañana del día de ayer partió con el veterinario, un tumor cancerígeno estaba acabando con él, su estado no fue nada alentador y su lucha por vivir quedó atrás.
Ahora sólo queda su casa, sus juguetes, un profundo hueco lleno de recuerdos y sentimientos que pasamos con él.
Silver, siempre estarás con nosotros, en nuestra mente, por llegar a ser una pieza fundamental en la familia Sanaire.
Siempre te recordaremos.
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